Catar un vino es una experiencia sensorial fascinante que puede permitirte identificar sus diferentes características y saborear plenamente sus matices. Cada sorbo puede llevarte a un viaje a través diferentes terroirs, variedades de uva y aromas tan ricos como variados. A la vez educativo y entretenido, el arte de la cata requiere cierto conocimiento y análisis para apreciar plenamente el vino en toda su riqueza aromática y gustativa. ¡Descubramos juntos estas diferentes etapas!
Examen visual del vino.
El primer paso en la cata es observarlo visualmente en la copa. Esto te permitirá apreciar el color del vino , es decir todas las señales visuales que caracterizan al vino cuando está en tu copa. Sujeta la copa por la base e inclínala ligeramente para observar el color del vino , su claridad, su intensidad o incluso su brillo.
Todos estos elementos ya pueden informarte sobre varios elementos como la edad del vino o su vida útil. De hecho, un vino tinto verá evolucionar su color desde tonos púrpuras y violáceos para los vinos más jóvenes hasta un color más ámbar y marrón para los vinos más viejos. Un vino blanco se expresará a través de tonos que van desde muy claros hasta dorados y ámbar en determinadas botellas. Esta revisión también puede proporcionarle pistas sobre las variedades de uva utilizadas. Así, un vino vinificado a partir de Syrah tendrá un color rojo oscuro mientras que una variedad de uva como la Pinot Noir mostrará un color mucho más claro.
Después de evaluar la claridad y el brillo de su vino, ¡no dude en agitarlo! Podrás estudiar las gotas que fluyen por el vaso cuando lo agitas suavemente. Estas gotitas a veces se denominan “ patas de vino ” o “ lágrimas de vino ” y reflejan su contenido de azúcar y alcohol.
Examen olfativo del vino.
Después de observar visualmente el vino, acerque suavemente su nariz al borde de la copa e inhale profundamente para captar los aromas del vino. Gracias a esta “ primera nariz ” podrás empezar a distinguir las tendencias aromáticas que van surgiendo. Para la “ segunda nariz ”, no dude en girar suavemente la copa para airear el vino y detectar más fácilmente el bouquet del vino.
Es interesante aquí destacar la existencia de tres principales familias de aromas que pueden caracterizar un vino. Los aromas primarios que se obtienen gracias a la variedad de uva y que dependen del fruto, los aromas secundarios procedentes de las técnicas de vinificación y fermentación y los aromas terciarios que generalmente se desarrollan durante una crianza prolongada. Un grand cru desarrollará así una aromática rica en aromas secundarios y terciarios.
Tómate tu tiempo, los aromas del vino se irán revelando y multiplicando poco a poco. Luego intenta notar las notas afrutadas, florales, especiadas o amaderadas que emergen de tu copa de vino .
La prueba de sabor del vino.
Una vez finalizada la nariz del vino , ya se puede pasar a la cata propiamente dicha. Tome un pequeño sorbo, girándolo ligeramente en la boca para cubrir todas las papilas gustativas de la lengua. No dudes en utilizar la técnica retroolfativa que consiste en abrir los labios para inhalar un poco de aire y luego exhalarlo por la nariz para que los aromas circulen mejor.
Para una degustación óptima, tres momentos requerirán especial atención. El ataque que reúne todos los sabores percibidos durante los primeros segundos, la paleta o paso en boca que se refiere a los segundos siguientes al ataque y que tiene como objetivo determinar la estructura y el equilibrio y finalmente la longitud o final que resaltará la astringencia del vino.
El sabor del vino se revelará entonces a través de los cuatro sabores elementales (dulce, salado, ácido y amargo). Habrá que estar especialmente atento a los sabores y a la potencia del vino, así como a su persistencia en boca (tiempo que los sabores persisten después de tragar el vino). Por tanto, un vino de alta calidad puede durar de 8 a 10 caudales (segundos) en boca. Fíjate también en su textura (ligera, con cuerpo, aterciopelada), su acidez (fresca, vivaz, moderada), su nivel de azúcar (seco, dulce, meloso), su grado de alcohol o incluso sus taninos (suaves, firmes, astringentes para un vino tinto). Por último, intentar identificar la(s) familia(s) aromática(s) encontrada(s): floral, afrutada, mineral, torrefacta, animal…
La clave para una cata de vinos exitosa
Después de la degustación, tómate un momento para reflexionar sobre tus impresiones. ¿Cuáles son los sabores dominantes? ¿Hay complejidad o armonía en el vino? ¿Cómo se compara con otros vinos que has probado? Este paso le permitirá comprender y apreciar mejor todas las sutilezas del vino .
Amante del vino , ¿te asustan todos estos pasos técnicos? No hay problema, la cata de vinos debe ser ante todo una cuestión de emoción y placer. Confía en ti mismo, ¡puede convertirse incluso en una experiencia muy entretenida! No dudes en practicar periódicamente para agudizar tu paladar y profundizar tus conocimientos sobre el tema.
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